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La
relación de Nuestra Señora de la Saleta con Cobos de Segovia,
como tal, no existe; pero si existe desde el punto de vista de su
influencia y devoción en alguna de las personas de Cobos, entre las que me
encuentro. En la Comunidad actual de los Misioneros de Nuestra
Sra. de La Saleta en España, dos de los religiosos son "hijos" de nuestro
pueblo.
En
homenaje a estos "coberonchos" saletinos, a la Comunidad
de La Saleta en España y a todos los ex-alumnos que estuvimos
viviendo unos años inolvidables en Santa María la Real de
Nieva (Segovia),
en la década de los años 60 y 70, hoy 19 de Septiembre de 2002,
festividad de Nuestra Señora de La Saleta, incorporo esta página
a red. |
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El
primero misionero de la Saleta llega a España en
el año 1957. Es un padre polaco Wladyslaw Pykosz,
que viene desde Argentina para fundar en Madrid la
primera casa. Poco después se unen con él, un
padre español de la provincia francesa, P.
Antonio Martinez, y otro padre brasileño, P.
Antonio Nichelle. En el año 1962 la Comunidad se
traslada a Santa María la Real de Nieva en la
diócesis de Segovia, donde se abre el Colegio
Apostólico. Después de cuatro años los
Saletinos abren una casa de formación en
Valladolid para los estudiantes de filosofía y
teología. En 1978 se vende el Colegio Apostólico
y toda la Comunidad se traslada a Valladolid. |
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LA
FESTIVIDAD DE NUESTRA SRA. DE LA SALETA SE CELEBRA
EL 19 DE SEPTIEMBRE. |
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El
4 de marzo de 1984, la Comunidad de los Misioneros
de Ntra. Sra. de la Saleta en España, de acuerdo
con el Obispado de Pontevedra, se hace cargo de la
atención pastoral de la parroquia de Siador y del
Santuario de Ntra. Sra. de la Saleta, con la
intención de hacer de Siador (Pontevedra) un centro de
irradiación de la espiritualidad saletina para la
Diócesis pontevedresa y para toda España. El
Santuario de Siador es el primer Santuario de la
Virgen de la Saleta en España, fundado en
1864.
En 1996, al lado del Santuario, se acabó la
construcción del Centro de Espiritualidad y
residencia de la comunicad. Actualmente es la
única residencia de los Misioneros de Ntra. Sra.
de la Saleta en España. Se dedican a la atención
de las parroquias y del Santuario, a la pastoral
juvenil, y a dar los retiros y ejercicios
espirituales.
Su
dirección actual es:
MISIONEROS
DE NUESTRA
SEÑORA
DE LA SALETA
36547-Siador-Silleda (Pontevedra) Teléfono:
986.58.04.74 |
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Destacamos la devoción a la Virgen en Astureses,
Ayuntamiento de Boborás en Orense, donde se
celebra todos los 19 de septiembre una romería en
la capilla que hay en el monte con el nombre de la
Virgen: " La Saleta". Un sitio muy bonito con
robles y árboles bien cuidado y por el que
peregrinan muchos fieles de la comarca. Lo mismo
sucede en Cea, también de Orense, donde la fiesta
se celebra una semana después. |
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El
pasado 12 de Mayo de 2001, los ex-alumnos del
Colegio de Nuestra Sra. de La Saleta en Santa
María la Real de Nieva, después de más de 30
años sin contacto en una mayoría de
casos, nos juntamos en esta bonita
villa segoviana.
Un
total de 116 personas vivimos una jornada plena de
nostalgia y excelente recuerdos, junto con los
Misioneros de La Saleta, que actualmente están en
Siador-Silleda y los profesores que nos marcaron
huella.
Los
asistentes rendimos un sentido homenaje al Rvdo.
P.
Gerardo Comeau, bajo el mensaje que quedo
grabado en el recuerdo entregado: "Gracias
por enseñarnos a volar". Así mismo
recibieron placas de agradecimiento los religiosos
saletinos, Juan Magro Andrés y "el
coberoncho":
Jaime Agüero Blas.
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Fotos
recuerdos del 12.05.2001
Pinchando
en cualquier de estas fotos, podrás ver un pequeño
reportaje fotográfico y algunas otras fotos de los
años 60 en Santa Mª la Real de Nieva. |
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Con
el espíritu vivido el 12 de Mayo, nació "La
Comunidad Virtual de ex-alumnos de La
Saleta", que actualmente supera los 65
miembros, a través de la cual se mantiene una periódica
información a todos sus miembros y sirve de
nexo de unión para futuros planteamientos. |
Si
eres ex-alumno, y deseas incorporarte a nuestra "Comunidad
Virtual", únicamente tienes que enviarnos
un correo electrónico con tus datos
y
nos pondremos en contacto contigo, a la mayor
brevedad posible. |
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La
Santa Virgen se apareció en La Salette (Francia)
"Historia
de la aparición"
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Un
día de otoño
A
mediados de septiembre, un campesino de los Ablandins,
Pedro Selme, tiene a su pastor enfermo. Desciende al
pueblo de Corps, a la casa de su amigo, el carretero
Giraud, y le dice: "Préstame a tu Maximino por
algunos días...""¿Memín, pastor?
¡Es muy descuidado para eso!"... Discuten,
transigen... y, el 14 de septiembre, tenemos al joven
Maximino en los Ablandins. El 17, ve a Melania en la
aldea. El 18, van a guardar sus rebaños en los terrenos
comunales, en el monte "sous les Baisses"
(Le Planeau). Por la tarde, Maximino busca entablar
conversación. Melania se muestra remisa. Descubren, no
obstante, un punto común: los dos son de Corps. Quedan en
volver al mismo lugar a "guardar"
juntos al día siguiente.
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En
los pastos
Así
pues, el sábado 19 de septiembre de 1846,
temprano, los dos niños cruzan las pendientes del
monte sus-les-Baisses, cada uno llevando sus
cuatro vacas. Maximino, además, su cabra y su
perro Loulou.
El
sol resplandece sobre los pastos. A mitad de la
jornada, el Angelus suena allá abajo en el
campanario de la iglesia de la aldea. Entonces los
pastores conducen sus vacas a "la fuente de las bestias",
una pequeña represa que forma el arroyuelo que
baja por la quebrada del Seiza. Después las
llevan hacia una pradera llamada "le
chômoir", en las laderas del monte
Gargas. Hace calor, las bestias se ponen a rumiar. Maximino
y Melania suben un pequeño valle hasta la
"fuente de los hombres". Junto a la
fuente toman su frugal comida: pan con un trozo de
queso de la región. Otros pequeños pastores que
"guardan" más abajo se les
unen y charlan entre ellos. Después de su
partida, Maximino y Melania cruzan el arroyo y
descienden unos pasos hasta dos bancos de piedras
apiladas, cerca de la hondonada seca de una fuente
agotada: "la
pequeña fuente". Melania pone su pequeño
talego en el suelo, y Maximino su blusa y merienda
sobre una piedra.. |
La otra
claridad:
Contrariamente
a su costumbre, los dos niños se tumban sobre la
hierba... y se duermen. Hace bueno al sol de este
fin de verano, no hay una nube en el cielo. Al
rumor del arroyo se añade además la calma y el
silencio de la montaña. pasa el
tiempo...¡Bruscamente, Melania se despierta y
sacude a Maximino! "¡Mémin, Mémin,
rápido, vamos a ver nuestras vacas... No sé
dónde están!" Rápidamente suben la
pendiente opuesta al Gargas. Al volverse, perciben
todo el pastizal: sus vacas están allá, rumiando
plácidamente. Los dos pastores se tranquilizan.
Melania comienza a descender. A media pendiente,
se queda inmóvil y asustada, deja caer su
garrote: "¡Mémin, ven a ver, allá, una
claridad!".Cerca de la pequeña fuente,
sobre uno de los bancos de piedra... un globo de
fuego: "Es como si el sol se hubiera caído
allí". Pero el sol continúa brillando en un
cielo sin nubes. Maximino acude gritando: "¿Dónde
está? ¿Dónde está?" Melania señala con el
dedo hasta el fondo del barranco donde ellos habían
estado durmiendo. |
Maximino
se acerca a ella, paralizada de miedo, y le dice:
"¡Vamos, coge tu garrote! Yo
tengo el mío y le daré un buen golpe si nos hace algo".
La claridad de se mueve, gira sobre sí misma. Les
faltan palabras a los dos niños para indicar la
impresión de vida que irradia este globo de
fuego. En él una mujer aparece, sentada, la cara
oculta entre sus manos, los codos apoyados sobre
las rodillas, en una actitud de profunda tristeza. |
La
Bella Señora
La
Bella Señora se levanta. Ellos no han dicho una
sola palabra. Ella les habla en francés: Acercaos,
hijos míos, no tengáis miedo, estoy aquí para contaros
una gran noticia!
Entonces, descienden hacia ella. La miran, ella no
cesa de llorar: "Parecía una madre a
quien sus hijos habían pegado y se había
refugiado en la montaña para llorar".
la Bella Señora es de gran estatura y toda de
luz. Está vestida como las mujeres de la región:
vestido largo, un gran delantal a la cintura,
pañuelo cruzado y anudado en la espalda, gorra de
campesina. Rosas coronan su cabeza, bordean su
pañuelo y adornan sus zapatos. En su frente una
luz brilla como una diadema. Sobre sus hombros
pesa una gran cadena. Una cadena más fina
sostiene sobre su pecho un crucifijo deslumbrante,
con un martillo a un lado y al otro unas tenezas. |
Lo
que ella ha dicho sobre la montaña
La Bella
Señora habla a los dos pastores. "Ha llorado durante todo el
tiempo que nos ha hablado". Juntos, o separados, los dos niños
repiten las mismas palabras con ligeras variantes que no afectan al
sentido. Y esto, cualesquiera que sean sus interlocutores: peregrinos o
simples curiosos, personalidades civiles o eclesiásticas,
investigadores o periodistas. Que sean favorables, lleven buenas
intenciones o no, he aquí lo que ellos nos han trasmitido:
Acercaros,
hijos míos, no tengáis miedo, estoy aquí para contaros
una gran noticia.
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"La
escuchamos, no pensamos en nada". Como
Maximino y Melania, dejemos resonar en nosotros lo
que ella dijo en la montaña. Con ellos, escuchémosla,
mirando sobre su pecho el crucifijo deslumbrante
de gloria.
Si mi pueblo no
quiere someterse, me veo obligada a dejar caer el brazo de mi
Hijo. Es tan fuerte y tan pesado que no puedo sostenerlo más.
¡Hace tanto tiempo
que sufro por vosotros!
Si quiero que mi
Hijo no os abandone, estoy encargada de rogarte sin cesar por
vosotros, y vosotros no hacéis caso. Por más que recéis, por
más que hagáis, jamás podréis recompensar el dolor que he
asumido por vosotros.
Os he dado seis días
para trabajar; me he reservado el séptimo, ¡y no se quiere
conceder! Esto es lo que hace tan pesado el brazo de mi Hijo.
Y
también los que conducen los carros no saben jurar sin poner en
medio el nombre de mi Hijo. Son las dos cosas que hacen tan pesado
el brazo de mi Hijo.
Si
la cosecha se pierde, sólo es por vuestra culpa. Os lo hice ver
el año pasado con las patatas, !y no hicisteis caso! Al
contrario, cuando las encontrabais estropeadas, jurabais, metiendo
en medio el nombre de mi Hijo. Van a seguir pudriéndose, y este
año, por Navidad, no habrá más.
La
palabra "pommes de terre" (patatas) intriga a Melania.
En el dialecto de la región se dice de otra forma ("là
truffà"). La palabra "pommes" evoca para ella el
fruto del manzano. Ella se vuelve a Maximino para pedirle una
explicación. Pero la Señora se adelanta:
¿No comprendéis, hijos míos? Os lo voy a decir de otra manera.
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La
Bella Señora repite en el dialecto de Corps desde "si la
cosecha se pierde...", y ya prosigue todo su mensaje en este
dialecto:
Si
tenéis trigo, no debéis sembrarlo. Todo lo que sembréis, lo
comerán los bichos, y lo que salga se quedará en polvo cuando se
trille.
Vendrá
una gran hambre. Antes de que llegue el hambre, a los niños
menores de siete años les dará un temblor y morirán en los
brazos de las personas que los tengan. Los demás harán
penitencia por el hambre. Las nueces saldrán vanas, las uvas se
pudrirán.
De
repente, aunque la Bella Señora
continúa hablando, sólo Maximino
la oye, Melania la ve mover los
labios, pero no oye nada. Unos
instantes más tarde sucede lo
contrario: Melania puede escucharía,
mientras que Maximino no oye nada,
y se entretiene haciendo girar su
sombrero en una punta de su cayado
mientras que con el otro extremo
lanzaba pequeñas piedras. |
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"¡Ninguna
tocó los pies de la Bella Señora!", dirá algunos días
más tarde. "Ella me contó algo diciéndome: No dirás esto
ni esto. Después no entendí nada, y durante este tiempo, yo me
entretenía."
Así
la Bella Señora habló en secreto a Maximino y luego a Melania. y
de nuevo los dos juntos escuchan sus palabras:
Si
se convierten, las piedras y las rocas se cambiarán en montones
de trigo y las patatas se encontrarán sembradas por las tierras.
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¿Hacéis
bien vuestra oración, hijos míos?
"No muy bien, Señora", responden los dos niños.
¡Ah!
hijos míos, hay que hacerla bien, por la noche y por la mañana.
Cuando no podáis más, rezad al menos un padre-nuestro y un
avemaría, pero cuando podáis, rezad más.
Durante
el verano no van a misa más que unas ancianas. Los demás
trabajan el domingo, todo el verano. En invierno, cuando no saben
qué hacer; no van a misa más que para burlarse de la religión.
En Cuaresma van a la carnicería como perros.
¿No
habéis visto trigo
estropeado, hijos míos?
"No,
Señora", responden.
Entonces
ella se dirige a Maximino:
Pero
tú, mil pequeño, tienes que haberlo visto una vez, en Coin, con
tu padre. El dueño del campo dijo a tu padre que fuera a
ver su trigo estropeado. Y fuisteis allá, cogisteis dos o tres
espigas de trigo en vuestras manos las frotasteis, y todo se
quedó en polvo. Después, al regresar; como a
media hora de Corps, tu padre te dio un pedazo de pan,
diciéndote: "¡Toma, hijo mío, come todavía pan este
año que no sé quién lo comerá al año que viene si el trigo
sigue así!"
Maximino
responde: "Ah sí, es verdad, Señora, ahora me acuerdo, lo
había olvidado. Y
la Bella Señora concluye, no en el dialecto, sino en francés:
-
Bien,
hijos míos, hacedlo saber a todo mi pueblo.
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El
juicio:
El
19 de septiembre de 1851,
Mons. Filiberto de Bruillard,
Obispo de Grenoble, publica
finalmente su "carta
pastoral". He aquí el
párrafo esencial:
"Juzgamos que la
aparición de la Santísima
Virgen a dos pastores, el 19
de septiembre de 1846, en
una montaña de la cadena de
los Alpes, situada en la
parroquia de La Salette, del
arciprestazgo de Corps,
contiene en sí todas las
características de la
verdad, y que los fieles
tienen fundamento para creería
indudable y cierta".La
resonancia de esta carta
pastoral es considerable.
Numerosos obispos la hacen
leer en las parroquias de
sus diócesis. La prensa se
hace eco en favor o en
contra. Es traducida a
numerosas lenguas y aparece
notoriamente en el
Osservatore Romano de 4 de
junio de 1852. Cartas de
felicitación afluyen al
Obispo de Grenoble. La
experiencia y el sentido
pastoral de Filiberto de
Bruillard no se detienen
aquí.
El 1 de mayo de 1852,
publica una nueva carta
pastoral anunciando la
construcción de un
santuario sobre la montaña
de La Salette y la creación
de un cuerpo de misioneros
diocesanos que él denomina
"los Misioneros de
Nuestra Señora de La
Salette". Y
añade: "La Santa
Virgen se apareció en La
Salette para el universo
entero, ¿quién puede
dudarlo?"
El
futuro iba a confirmar y
sobrepasar estas
expectativas, el relevo
estaba asegurado, se puede
decir que Maximino y Melania
han cumplido su misión. El
19 de septiembre de 1855,
Mons. Ginoulhiac, nuevo
Obispo de Grenoble, resumía
así la situación: "La
misión de los pastores ha
terminado, comienza la de la
Iglesia". .
Hoy son
innumerables los hombres y
mujeres de todas las razas y
de todos los países que han
encontrado en el mensaje de
La Salette el camino de la
conversión, la
profundización de su fe, el
dinamismo para su vida
cotidiana, las razones de su
compromiso con y en Cristo
al servicio de los hombres |
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El
santuario
situado en
plena
montaña, a
1.800 m. de
altura,
junto a los
Alpes franceses. |
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Los
Primeros Testigos:
Maximino
y Melania. |
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Maximino
Giraud:
Maximino
Giraud nace en Corps, el 26 de agosto de 1835. Su madre Ana-Maria
Templier es de la región. Su padre Germán Giraud procede de un
cantón próximo. Maximino no tiene más que diecisiete meses
cuando su madre muere, dejando también una niña de ocho años,
Angélica. Poco después el seño Giraud se vuelve a casar.
Maximino va a crecer ocioso: el carretero Giraud se vuelve a
taller o en la taberna; su mujer no siente mucho afecto por este muchacho
vivo, despreocupado, que no le tira la casa prefiriendo vagar por
las calles de Corps junto a las diligencias y carruajes, o correr
por los caminos con su cabra y su perro, el niño es travieso, de
mirada vivaz bajo espesa cabellera negra, y rápido en las
respuestas... Durante la Aparición, mientras la Bella Señora se dirigía
a Melania, hacia girar su sombrero sobre el extremo superior del
garrote, o con el otro extremo lanzaba piedras hacia los pies de
la Bella Señora. "¡Ninguna la tocó!", responderá con
toda naturalidad a los investigadores. Cordial con los que se
siente verdaderamente amado, receloso cuando se le quiere forzar.
Su adolescencia fue difícil. Durante los tres años siguientes al
de la Aparición pierde a su hermanastro Jean-François, a su
abuela Maria Cort y su padre el carretero Giraud. Es puesto bajo
la tutela del hermano de su madre, el tío Templier, hombre rudo e
interesado. En la Escuela sus progresos son modestos. La hermana Theele
que cuidaba de él, le llama "el movimiento perpetuo".
Afiadamos a esto las presiones ejercidas por los peregrinos y los
curiosos. En estas circunstancias, algunos iluminados
legitimistas, partidarios de quien decía ser hijo de Luis XVI,
quieren utilizarle con fines políticos. Contra los consejos del
cura de Corps y sobrepasando la prohibición del Obispo de
Grenoble, llevan al adolescente a Ars. Al niño no le gusta su compañía,
pero le atrae la oportunidad de conocer la que, de entrada, trata
a La Salette de superchería y a los videntes de mentirosos.
Durante la mañana del 25 de septiembre de 1850, el cura de Ars
está dos veces con Maximino, en la sacristía y luego en el confesionario,
pero no en confesión. ¿Qué ha podido contar el adolescente
exasperado? El resultado es que durante años el santo cura no
dejará de dudar y de sufrir. Después de la carta pastoral del 19
de septiembre de 1851, él remitirá a sus interlocutores al
juicio del Obispo. Pasarán varios años antes de que él mismo
dé su asentimiento, y encuentre la paz. En cuanto a Maximino, a
pesar de que nunca se ha desmentido sobre el hecho de La Salette,
se verá en dificultad para justificar su comportamiento. Es
suficiente enumerar los lugares por donde ha pasado para saber
hasta qué punto este joven ha sido manejado. Del pequeño
seminario de Grenoble (Le Rondeau) a la Gran Cartuja, de Seyssin a
Roma. De Dax y Aire-sur-Adour a Vêsinet, después al colegio de
Tonnerre, a Petit Jouy en Josas cerca de Versailles y a París.
Seminarista, empleado en un hospicio, estudiante de medicina,
trabajador en una farmacia, alistado como zuavo pontificio durante
seis meses, después rescinde el contrato y regresa a París. El
periódico "La Vida Parisina" ataca a La Salette y a los
dos videntes. Maximino presenta una querella y obtiene una
rectificación. En 1866, publica el opúsculo "Mi profesión
de fe sobre la Aparición de Nuestra Señora de La Salette".
Durante este periodo, el señor y la señora Jourdain, matrimonio
muy entregado en ayudarle, le aseguran cierta estabilidad y pagan
sus deudas aun a riesgo de arruinarse. Maximino acepta por
entonces asociarse a un vendedor de licores que utiliza su
notoriedad para aumentar sus ventas. Maximino no obtiene ninguna
ventaja. En 1870, es movilizado al fuerte Barrau en Grenoble
finalmente regresa a Corps donde vuelve a encontrar a los esposos
Jourdain. Los tres viven pobremente, ayudados por los Padres del
Santuario con el acuerdo del Obispo. En noviembre de 1874,
Maximino sube al Santuario de La Salette, seria la última vez, y
ante un auditorio atento y emocionado, relata la Aparición como
el primer día. El 2 de febrero de 1875, va también por última
vez a la iglesia parroquial. La tarde del primero de marzo,
Maximino se confiesa, recibe la santa comunión y bebe un poco de
agua de La Salette para tragar la hostia. Cinco minutos más
tarde, entrega su alma a Dios. No tiene todavía cuarenta años.
Sus restos descansan en el cementerio de Corps, pero su corazón
se encuentra en la Basílica de La Salette cerca de la consola del
órgano. Fue su última voluntad para marcar su vínculo con la
Aparición: "yo creo firmemente, aun al precio de mi sangre,
en la célebre aparición de la Santísima Virgen sobre la Santa
Montaña de La Salette, el 19 de septiembre de 1846. Aparición
que he defendido con palabras, con escritos y con sufrimientos...
Con estos sentimientos, yo dono mi corazón a Nuestra Señora de
La Salette". Conocemos por su mismo testamento que esta pobre
no tenia más que legar que su fidelidad a la fe de la Iglesia. El
muchacho afectuoso e inestable que siempre ha sido, finalmente
encuentra, junto a la Bella Señora, el afecto y la paz de Dios.
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Melania
Calvat:
Melania
nace en Corps el 7 de noviembre de 1831, en el seno de una
familia numerosa. El padre, Pedro Calvat, conocido por trabajar
en un aserradero, se adapta de hecho a toda oferta de trabajo.
La madre, Julia Barnaud, tendrá de él diez hijos. Melania es
la cuarta. La pobreza es tal que a veces los pequeños son
enviados a mendigar. Muy joven, Melania es "colocada"
para guardar vacas en casa de los campesinos de los alrededores.
Desde la primavera de 1846 hasta el fin del otoño trabaja en la
casa de Jean-Baptiste Pra, de los Ablandins, uno de los grupos
de casas que forman la aldea de La Salette. El vecino de Pra se
llama Pedro Selme. Es él quien ha contratado - una semana
solamente - al inquieto Maximino para reemplazar a su pastor
enfermo. Frente a este joven hablador, Melania, tímida y
taciturna, se mantiene reservada. A pesar de ello, los dos
niños tienen algunos puntos en común...¡si se puede hablar así!
Nacidos en Corps donde residen sus familias, no se conocían
debito a las muy largas ausencias de la pastora. Los dos hablan
el dialecto local y no conocen más que algunas palabras de
francés. Ni escuela ni catecismo, no saben leer ni escribir. El
padre de Melania está en constante búsqueda de trabajo. |
Su
madre está sobrecargada para sacar adelante toda la prole. No hay
lugar para los afectos, o muy poco. Al día de la Aparición, lo
que caracteriza a Melania, como a Maximino, es la pobreza: pobres
de bienes, pobres de saber, pobres de afectos. El hecho también
de que son totalmente dependientes. Son "cera virgen"
que el acontecimiento va a marcar definitivamente con su impronta,
siempre respetando sus caracteres. Melania es, en efecto, muy
diferente de su compañero. Ella vive con extraños y no está con
su familia más que durante los difíciles meses del invierno,
cuando se pasa hambre y frío. Nos es de extrañar que sea tímida
y reservada "ella no responde más que si o no",
testifica su patrón Jean-Baptiste Pra. A pesar de ello,
contestará clara y simplemente a las preguntas concernientes al
hecho de La Salette. Permanece cuatro años con las Hermanas de la
Providencia. Tiene poca memoria y menos aptitudes incluso que
Maximino para estudiar. Desde noviembre de 1847, su directora temía
ya que Melania "se aprovechaba de la posición que le
acontecimiento la había colocado". Primero postulante y
luego novicia en la Congregación indicada, objeto de atenciones y
deferencias de numerosos visitantes, se apega a sus propios puntos
de vista. Por esta razón, el nuevo Obispo de Grenoble, aun
reconociendo su piedad y su devoción, rehúsa admitiría a la
profesión religiosa "para formaría... en la práctica de la
humildad y de la simplicidad cristianas". Lamentablemente,
Melania presta entonces atención a personas "inquietas y
enfermas", imbuídas de profecías populares y de teorías
pseudo-apocalípticas y pseudo-místicas. Quedará marcada para
toda la vida. Para dar crédito a sus afirmaciones trata de vincularías
al secreto que ha recibido de la Bella Señora. Un examen, por
poco atento que sea de lo que ella dice y escribe, muestra las
diferencias irreductibles con los signos y las palabras de Maria
en La Salette. Melania, sus problemas y sus fantasmas se
convierten en el centro de su discurso: a través de sus profetas
arregla las cuentas con aquellos que oponen alguna resistencia a
sus proyectos, expresa su rechazo e la sociedad o al ambiente que
le crea problemas. Recrea un pasado imaginario donde son
exorcizadas las frustraciones de que ha sido víctima en su
infancia. En 1854, Mons. Ginoulhiac escribe: "las
predicciones de Melania... no tienen fundamento, carecen de
importancia respecto al Hecho de La Salette... son posteriores a
ese Hecho y no tienen ninguna relación con él". En esta
óptica, Mons. Ginoulhiac proclamará el 19 de septiembre de 1855,
sobre la Santa Montaña: "La misión de los pastores ha
terminado, comienza la de la Iglesia". Desgraciadamente,
Melania proseguirá con sus divagaciones proféticas, orquestadas
más tarde por el talento fulgurante de león Bloy, creando una
corriente "melanista" que se quiere vincular a La
Salette pero que no tiene otra base que las afirmaciones
incontrolables de melania. Está a mil leguas de los fundamentos
históricos de la Aparición. En cuanto al contenido, a pesar de
su barniz religioso, no tiene prácticamente nada que ver con las
verdades de fe de la Iglesia, recordadas por Maria en La Salette.
Se aparta del dominio de la fe por lo inestable, discutible, y
estéril de las creencias. Este género de literatura aleja de la
fe en lugar de favorecerla. En 1854, un Padre inglés lleva a
Melania a Inglaterra. Al año siguiente, entra en el Carmelo de
Darlington, y hace profesión temporal en 1856, pero sale en 1860.
Otra tentativa con las Hermanas de la Compasión de Marsella:
después de una temporada en su casa de Céphalonie (Grecia) y el
paso por el Carmelo de Marsella, vuelve a la Compasión por poco
tiempo. Después de algunos días en Corps y en La Salette, se
establece en Italia, en Castellamare di Stabia, cerca de Nápoles.
Allí permanece durante siete años, escribe sus
"secretos" y una regla para una eventual fundación. El
Vaticano pide al Obispo del lugar que prohiba este género de
publicaciones, pero ella busca obstinadamente otros apoyos y el imprimátur,
hasta el Jefe de Curla, Mons. Lepidi. Esto no representa una
aprobación, ni siquiera velada. La autoridad e al que Melania
hace referencia no es competente. Después de una estancia en
Cannes, encontramos a Melania en Chalon-sur-Saône donde, siempre
en búsqueda de fundación, apoyada por el canónigo de Brandt
d'Amiens, se encuentra en pleito con Mons. Perraud, Obispo de
Autum. La Santa Sede, conocido el asunto, de la razón al Obispo.
En 1892, regresa a Italia, cerca de Lecce, después a Mesina en
Sicilia, por invitación del canónigo Annibate di Francia. Luego
de algunos meses en el Piamonte, viene a establecerse en casa del
Padre Combe, párroco de Diou, en Allier, sacerdote apasionado por
profetas político-religiosas. Termina de escribir una autobiografía
en paco novelesca, en la que reinventa una infancia
extraordinaria, mezclada de consideraciones pseudomísticas,
reflejo de sus propios fantasmas y de las quimeras de sus
comunicantes. Los mensajes que entonces lanza Melania y que quiere
relacionar con La Salette no tienen en verdad nada que ver con su
primitivo testimonio sobre la Aparición. Por otra parte, cuando
se regresa con ella al hecho del 19 de septiembre de 1846, recobra
la simplicidad y la claridad de su primer relato, concordante con
el de Maximino. y esto de una manera constante. Así sucede cuando
pasa por la Santa Montaña el 18 y 19 de septiembre de 1902.
Regresa a la Italia meridional, a Altamura, cerca de Bari. Muera
el 14 de diciembre de 1904. Descansa bajo una estela de mármol
donde un pequeño bajorrelieve muestra a la Virgen acogiendo a la
pastora de La Salette en el cielo. Una cosa es cierta: a pesar de
todos sus extravíos, hay un punto sobre el cual Melania jamás ha
variado: el testimonio que con Maximino ha dado la tarde 19 de
septiembre de 1846, en la investigación llevada por Mons.
Philibert de Bruillard, retomada y confirmada por la de Mons.
Ginoulhiac. Dentro de una vida difícil, Melania ha permanecido
pobre y piadosa, y fiel a su primer testimonio.
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Oración a la Virgen
de La Saleta:
Acuérdate,
Virgen de La Saleta
de las lágrimas que has derramado por nosotros en el calvario.
Acuérdate también del cuidado que tienes siempre por tu pueblo
para que, en nombre de Cristo, se deje reconciliar con Dios. Y ve,
si después de haber hecho tanto por estos tus hijos, puedes
abandonarlos.
Animados por tu ternura, henos aquí, Madre, suplicantes, a pesar
de nuestras infidelidades e ingratitudes.
Confiamos
plenamente en ti, ¡oh! Virgen Reconciliadora. Vuelve nuestros
corazones hacia tu Hijo Jesús. Alcánzanos la gracia de amarle
sobre todas las cosas y de consolarte a ti con una vida santa,
ofrecida para gloria de Dios y amor de los hermanos.
AMEN
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