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Para
nuestros visitantes, he seleccionado los que son, a mi entender,
los cinco monumentos más
importantes de la provincia de Segovia, selección que he hecho
acompañar de una breve
descripción, que sólo puede completarse con una
visita a los mismos, lo que aconsejo . |
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El
año en que se construyó el Acueducto es una de las incógnitas
que más quebraderos de cabeza ha producido: antes de determinar
que era una construcción romana se pensó que podría haber sido
de los pueblos bárbaros; incluso se dijo que podría ser de
los egipcios (no sabemos quién pudo pensar tal cosa). Hace pocos
años, a finales de los 70, principios de lo 80, se hizo un
intercambio con la ciudad de Roma: una piedra del acueducto
por una copia de la Loba Capitolina. En el pedestal donde se
encuentra la estatua se inscribió que el Acueducto era
bimilenario, es decir, que tenía ya dos mil años. Sin embargo,
ahora parece claro que no es así; lo más seguro es que sea del
primer siglo después de Cristo: 98 - 117 D.C. Pero
aunque aún no tenga 2.000 años, nadie puede quitarle el
prestigio de tener cerca de 1.900 y seguir en pie. |
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Por si os preguntáis
cuánto mide de alto en la Plaza del Azoguejo, os diremos
que casi 30 metros. Muchos turistas se sorprenden de su
altura al verlo in situ: parece que las fotos de los libro de
arte y viajes no sirven para hacerse una idea de lo que
realmente es: HAY QUE VENIR PARA SENTIRLO.
De largo,
lo que son arquerías, se extiende más de 700 metros, pero
el Acueducto en sí mide 17 kilómetros, pues comienza en
la Sierra, en el Río Frío, cerca de la Granja de San Ildefonso y
Valsaín (o Balsaín, como se quiera); lo que pasa es que va por
un canal subterráneo y no se ve.
Además, no termina en lo alto del Postigo, el canal continúa, de
nuevo por debajo del suelo, hasta el Alcázar, que es donde los
Romanos instalaron su campamento (que para hacer un Acueducto debió
ser algo más que un simple campamento...)
Las
piedras son de granito y hay unas 25.000. Los
agujeros o huecos que tienen son las marcas dejadas por las pinzas
de las grúas que utilizaron para colocarlas. Y, es cierto, no
utilizaron cemento para unirlas, sólo un poco de argamasa, así
que procuren no apoyarse mucho, a ver si vamos a tener un disgusto
(no, hombre, no, que es broma... )
También es verdad que hasta hace poco circulaba el agua por el
canal, pero ya no (cuando helaba se hacían unos caramelos [carámbanos
por si no se entiende] del tamaño de un camión [bueno, no era
para tanto, pero impresionaban mucho...].
En
los arcos más altos hay una cosa que se llama cartela y
es donde se dice que hubo unas letras doradas (hay marcas) que decían
quién había mandado construirlo: se han hecho muchas cábalas
para descifrar el mensaje a través de los agujeritos donde se
sujetaban las letras, pero sigue sin estar claro, por eso tampoco
se sabe con seguridad el año de su levantamiento...
En este sitio también, hay dos nichos,
uno a cada lado del Acueducto: en el que mira a la Plaza de la
Artillería hay una Virgen que suele estar arropada por una bandera
de España (se la ponen los cadetes de Artillería la noche de Santa
Bárbara [4 de diciembre]).
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En el otro nicho ahora no hay nada, pero hasta
no hace muchos años hubo una imagen de madera muy desfigurada por
la erosión de los años y los fenómenos atmosféricos [este lado
da al Norte...])... rondan muchas hipótesis acerca de este nicho:
los amantes de las leyendas dicen que hubo una imagen del Diablo;
otros dicen que una estatua de Hércules, el mítico fundador de
Segovia (y posiblemente en tiempos de los Romanos hubo imágenes
de sus dioses y héroes o del emperador de turno); pero lo
que sí es cierto es que la imagen deteriorada que quitaron hace
poco era San Sebastián.
LEYENDA:
Había una vez una
muchacha que trabajaba llevando el agua desde una fuente lejana
a una casa de nobles en el centro de la ciudad.
Un día, suspirando, se sentó a descansar un rato y a maldecir
lo lejos que estaba la fuente y lo que pesaba el cántaro al
subir a la ciudad... y entonces apareció el Diablo que vio en
la situación la posibilidad de hacerse con un alma: le dijo a
la moza que si él conseguía traer el agua a la ciudad esa
misma noche, ella le debería el alma: y la chica aceptó.
Bueno, pues el Demonio se estuvo toda la noche transportando
piedras y construyendo un puente que trajese el agua desde la
fuente hasta la puerta de la casa a donde la moza llevaba el
agua.
Estuvo a punto de conseguirlo, pero las fuerzas divinas, que no
podían permitir que Satanás se llevase el alma de la muchacha,
hicieron que el gallo cantase un poco antes ese día, justo
cuando al Diablo le faltaba una piedra para terminar su obra. Así,
la muchacha tuvo el agua en la ciudad y conservó su alma.
Se dice que cuando la ciudad despertó, había un fuerte olor a
azufre en el ambiente y que por eso al Acueducto se le conoce
también como el Puente del Diablo. También
se dice que los agujeros que hay en las piedras son las huellas
de las uñas del Demonio.
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La
situación del Alcázar de Segovia, sobre una roca labrada
por los ríos Eresma y Clamores, indica el origen militar de esta
fortaleza durante siglos inexpugnable.
El
testimonio más antiguo de la existencia del Alcázar de Segovia
es un documento de principios del siglo XII, fechado en 1122, poco
después de la reconquista de la ciudad por Alfonso VI, que
menciona la fortaleza como un castro sobre el Eresma. En una carta
algo posterior (1155) ya se le da el nombre de Alcázar. No
obstante, es muy probable que la fortificación existiese en
tiempos más remotos, quizá desde la dominación romana, pues en
recientes excavaciones se ha encontrado sillares de granito análogos
a los del Acueducto. En la Edad Media, el Alcázar, tanto por la
belleza de su situación y su indiscutible seguridad militar, como
por la proximidad a famosos cazaderos en los bosques serranos, se
convirtió en una de las residencias favoritas de los Reyes de
Castilla. |
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No
se han encontrado vestigios arquitectónicos notables de este
Palacio Real anteriores a la época de Alfonso VIII "el de
Las Navas", aproximadamente a finales del siglo XII y
principios del siglo XIII. Sin embargo, lo cierto es que se
consolida el proceso que de forma progresiva va convirtiendo la
fortaleza en residencia cortesana. La reforma se hizo cuando se
iniciaba la transición del románico al gótico, con la sobriedad
elegante del estilo del Císter. Sin duda pertenece a este tiempo
la gran grujía del lado norte, compuesta por una gran estancia,
flanqueada en los extremos por gabinetes, al estilo oriental,
llamada "sala del Palacio Mayor". Al mismo impulso
constructivo, que constituye el núcleo del Alcázar, corresponde
la gran torre del poniente, llamada "Del Homenaje", con
su estancia cubierta de cañón apuntado, que sirvió de sala de
armas, y sus ventanales germinados. A pesar del tono cisterciense
de estas construcciones, lo morisco aparece en la decoración pictórica,
con zócalos de lacerías pintadas de rojo sobre el fondo claro
del estuco.
Alfonso
X El Sabio demostró hacia Segovia una extrema predilección e
hizo del Alcázar una de sus residencias favoritas, hasta los últimos
años de su vida, en los que celebró Cortes en esta ciudad que le
había permanecido fiel.
En
el siglo XIV, Segovia fue testigo de combates entre bandos
nobiliarios a los que no fue ajeno el Alcázar, obligando el nuevo
empleo de la artillería a reforzar sus murallas y ampliar su
sistema defensivo.
Los
reyes de la dinastía de Trastámara aprovecharon la nueva crujía,
construida paralelamente a la primitiva, para convertirla en un
suntuoso conjunto de salones al estilo de los alcázares
andaluces. La decoración gótico- mudéjar de estas salas se
inicia con la reina Catalina de Lancaster, regente de su hijo Juan
II.
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Durante el reinado de este último tuvieron lugar en el Alcázar las
grandes fiestas cortesanas evocadas por Jorge Manrique en sus
célebres "Coplas".
Enrique
IV, tan amante de Segovia, continuó embelleciéndolo y en su
reinado debió terminarse la gran torre que lleva el nombre de su
padre. Fue el Alcázar fortaleza clave para el dominio de Castilla
y de él salió Isabel la Católica para ser proclamada reina en
la Plaza Mayor. También tuvo importancia este castillo en las
luchas civiles de todas las épocas sucesivas, desde el reinado de
Juana la Loca y la Guerra de las comunidades hasta la Guerra de
Sucesión en el siglo XVIII y las guerras Carlista en el XIX.
Los
reyes de la Casa de Austria lo visitaron frecuentemente y Felipe
II celebró en él la boda de velaciones con su cuarta esposa, Ana
de Austria. Este rey realizó importantes obras en el Alcázar,
como el patio herreriano o cubrir las techumbres con agudos
chapiteles de pizarra al estilo de los castillos centroeuropeos.
Más
tarde comienza a utilizarse la fortaleza como prisión de Estado,
donde estuvieron confinados importantes personajes. Así permaneció
hasta que en 1762 Carlos III fundó en Segovia el Real Colegio de
Artillería, cuyo primer Director fue el conde Félix Gazola,
quedando instalado en el Alcázar en 1764. Este centro permaneció
aquí, con leves paréntesis hasta el 6 de mazo de 1862, día en
el que un incendio destruyó las techumbres. A partir de esta
fecha el Colegio, luego la Academia de Artillería, pasó al
Convento de San Francisco de Segovia, El Alcázar fue restaurado,
en 1898 se instaló en la primera plante del edificio el Archivo
General Militar y en 1953 se creó el Patronato del Alcázar de
Segovia, responsable del actual Museo.
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A
la Catedral de Santa María, por tal, la llaman La Dama que
es un enorme templo de piedra caliza, construida en el punto más
alto de la ciudad (a 1006 m de altitud) en la Plaza Mayor de
Segovia. Se comenzó a levantar en 1.525 y es de estilo gótico
tardío y se construyó tras la desmantelación de la Catedral
Vieja de estilo románico quedó destruida al incendiarse durante
la Guerra de Las Comunidades en 1.520 y que se hallaba situada en
los actuales jardines del Alcázar. Algunos de sus elementos
fueron aprovechados para otros edificios religiosos, mismamente,
la pila bautismal y muchos bloques de piedra, sirvieron para la
nueva. |
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El arquitecto Juan Gil de Montañón dispuso de una
nutrida y entusiasta colaboración ciudadana para acabar
su trabajo, la continuó su hijo y a propósito de ello
no puede negarse que pertenece a la misma escuela que el
diseño de la Catedral Nueva de Salamanca. Posee 105 m.
de largo por 50 de ancho y 33 m de altura en la nave
mayor. Se inauguró en 1.558 y se consagró en 1.768. La
fachada, naturalmente se encuentra orientada al Oeste
para aprovechar hasta el último rayo de sol. En la
misma, tiene un pórtico (La Puerta Del Perdón) con una
virgen Inmaculada.
Entrando por la puerta de San Frutos del S. XVII,
patrono de la Ciudad, disfrutaremos de la grandiosidad
de un entorno formado por fuentes, esbeltas columnas
entre el color de las vidrieras del S. XVI. Y frente a
ella se haya un bello claustro gótico de gusto
hispano-flamenco con un pozo en el centro; fue
construido en 1.470. |
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En el interior, el Altar Mayor está labrado en mármoles,
jaspes y bronce, fue sufragado por el rey Carlos III.
Tanto en el perímetro de la girola como el de la nave
principal se encuentran 7 y 12 capillas respectivamente
con sus correspondientes tesoros artísticos e históricos.
En su museo se pueden contemplar tablas de Berruguete ó Sánchez
Coello, así como piezas finísimas de platería, tapices
y documentos de archivo, códices, incunables y el Códice
de Aguilafuente, uno de los primeros libros impresos en
España (1.472). En él se prohibía a los obispos
intervenir en asuntos de política y guerra.
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CONSTRUCCION:
Fue mandado
construir por D. Alonso de Fonseca tras obtener
permiso del Rey Juan II de Castilla en el año
1453. Parece que la construcción finaliza a
finales del siglo XV. Sabemos que en el 1462
funciona en Coca una ceca de emisión de moneda
castellana y portuguesa que serviría para pagar
la mano de obra que intervino en ésta.
MATERIALES:
El material
básico es el ladrillo. La abundancia de arcilla
en el subsuelo y de combustible (madera) con que
cocerla facilitó la ingente tarea de la
construcción. La piedra caliza se utiliza, en
mucha menor medida, para las saeteras, las
columnas del Patio de Armas y algunos elementos
decorativos.
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EMPLAZAMIENTO Y
ESTRUCTURA
GENERAL: |
Al no estar
construido sobre una colina, sino junto a los escarpes del
río Voltoya, que aquí forma un extenso meandro, fue
preciso rodear el edificio de un profundo foso que alejara
a los posibles sitiadores de sus muros. Tras el foso, dos
grandes recintos: uno exterior, de función defensiva, y
otro interior, más elevado y con torres en las esquinas,
que protege las salas y dependencias. éstas se disponen en
torno a un patio central o Patio de Armas.
Al primer
recinto se accede por medio de un puente sobre el profundo
foso. Al Patio de Armas, a través de una puerta defendida
por un rastrillo
EXTERIORES:
La
imagen exterior del castillo es de una extrema
belleza. A diferencia de los castillos cristianos,
de muros lisos, sillares regulares y monocromos,
con un valor exclusivamente defensivo, aquí
podemos admirar el triunfo de la fantasía, de la
imaginación y del ensueño. Su originalidad es tal
que está considerado el más bello exponente del
mudéjar militar castellano.
El ladrillo se utiliza no sólo como material de
obra sino también como elemento decorativo,
creando llamativos juegos de color (crestería de
ladrillo curvo y más rojo) y de formas (friso de
arquitos ciegos hechos de ladrillos colocados en
estrías). Los garitones se hallaban estucados y
pintados con motivos geométricos de color rojo y
azul, que aumentaban el cromatismo del conjunto,
como aún puede observarse en muchos de ellos.
Su
emplazamiento, junto a un extenso meandro del río
Voltoya, aumenta el valor cromático del conjunto al
coincidir en el espacio, y en la retina del
espectador, las tonalidades verdes de la vegetación
ribereña, los azules del cielo y los naranjas del
propio castillo.
En el interior la riqueza cromática es aún mayor: la
azulejería mudéjar del Patio de Armas (hoy
desaparecida) y las pinturas murales de las salas
aumentaban este derroche de color nada propio de la
Castilla interior.
TORRES:
El
recinto interior se encuentra flanqueado en sus
esquinas por sendas torres, en total cuatro. La
mayor es la Torre del Homenaje. La Torre de la
Muralla y la Torre de los Peces son de menor
tamaño, aunque la Torre de Pedro Mata es mayor que
éstas puede que por ser, junto a la del Homenaje,
las que protegen la puerta de acceso al Patio de
Armas. Esta diferencia de tamaño entre las torres
produce, a la vista, una agradable gradación de
volúmenes.
La Torre
del Homenaje contiene en su interior distintas salas
dispuestas en pisos y unidas por una angosta
escalera de caracol construida, como el resto del
castillo, en ladrillo. De abajo a arriba son: La
Capilla, la Sala de Armas y la Sala-Museo. Sobre
ella, ya en el exterior, se puede contemplar una
panorámica del casco urbano y del entorno natural en
que se encuentra Coca además de otros castillos de
poblaciones cercanas como Iscar o Cuéllar.
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PATIO DE ARMAS:
Lo que hoy vemos es una reconstrucción del original. Del
patio primitivo sabemos que quedan algunos de los capiteles
de la galería superior y que sus muros estaban decorados con
azulejos mozárabes de bello colorido, de los que hay sólo
quedan algunos ejemplares.
SALAS INTERIORES: |
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Capilla:
Situada en la planta inferior de la Torre
del Homenaje, la Capilla guarda algunas
tallas románicas y góticas de la Virgen
con el Niño. También, dos tablas del XVI
de temas religiosos: una Crucifixión y una
Anunciación.
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Sala de armas:
En ella se exponen diversas armaduras
aunque su mayor atractivo es la decoración
de los muros y del techo. Los mosaicos
mudéjares de tonalidades rojas, blancas y
azules, la decoración geométrica y la
bóveda decorada con nervios góticos
otorgan a esta sala un interés especial.
Sala Museo: En
una vitrina central se exponen algunos
materiales arqueológicos celtibéricos y
romanos así como diversos restos del
primitivo castillo. Además, varias basas de
mármol de decoración renacentista.
Sala de los Peces:
Está situada en la torre del mismo nombre.
Sus paredes, estucadas, están pintadas con
una decoración de estilizados peces azules y
rojos enmarcados con una imitación de
ladrillos pintados sobre el muro.
Sala de los Jarros:
Llamada así porque en sus paredes se
representan jarros entre arquerías mudéjares
y sobre motivos vegetales. Un friso
geométrico de lacería sirve de base a todo
el conjunto pictórico.
Mazmorra: Esta
sala y la que se encuentra sobre ella están
unidas hoy por un óculo practicado en el
techo de la mazmorra. Impresiona la forma en
que está construida para evitar la huída de
los encarcelados.
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PINTURA MURAL: |
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Tanto en la descripción de las salas como
del exterior del castillo hemos señalado
la función ornamental de la pintura de los
muros y de las estancias interiores. Se
trata de uno de los mejores conjuntos de
pintura mudéjar de toda España. El
ladrillo se recubría con estuco y, sobre
éste, se pintaban tanto motivos
geométricos como figurativos. El rojo, el
azul, el negro y el blanco del propio
estuco son los colores más utilizados.
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FUNCION ACTUAL:
El castillo de Coca pertenece desde el año
1954 al Ministerio de Agricultura al que fue
cedido por sus antiguos propietarios para
instalar en él una Escuela de Capacitación
Forestal. A cambio, el Estado se comprometía a
la restauración del mismo. ésta concluyó en el
año 1958. |
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En
el municipio segoviano de San Ildefonso, limitando con la
provincia de Madrid, se alza con plácida y majestuosa presencia
el extraordinario Palacio Real de La Granja de
San Ildefonso. De inspiración italiana e imagen
versallesca se tinte de hispano un Palacio construido como
residencia estival y de caza en un paraje elevado a más de mil
cien metros de altura y en un entorno boscoso y montaraz de
evocadoras sensaciones.
La
Granja de San Ildefonso se constituyó como residencia
Real, siendo un ejemplo de arquitectura palatina europea, que
marca de manera firme la transición entre la sobriedad de los
gustos de los Austrias al refinamiento de los Borbones. Transición
de lo español a lo francés y de lo francés a lo italiano. Y
finalmente retorno a la interpretación de lo neoclásico en la
Monarquía Española. |
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El
rey Felipe V conoció el lugar hacia el año 1717 y, al año
siguiente, entusiasmado por su belleza y sus condiciones cinegéticas,
compró los terrenos con la intención de edificar un palacio. En
el año 1721 comenzaron las obras.
La primera intención del rey fue construir una residencia sin
lujos, para descansar y cazar. Más tarde, Felipe V y su esposa
Isabel de Farnesio embellecieron y ampliaron el palacio.
Los arquitectos:
Diversos
arquitectos intervinieron en la construcción del Palacio, Teodoro
Ardemans; Juan Román ( ayudante de Ardemans); Procaccini; Felipe
Juvara y Sachetti.
El edificio
Es
un bello ejemplo de arquitectura palatina europea, con jardines y
fuentes de estilo versallesco. Presenta influencias francesa, del
barroco español e italiana, esta última sobre todo en la etapa
comprendida entre los años 1720 y 1740.
Su
historia
En
la Edad Media, los reyes de Castilla, que residían largas
temporadas en la ciudad de Segovia, ya utilizaban las
estribaciones de la sierra de Guadarrama para practicar la caza.
En el lugar donde se edificó posteriormente el palacio, había un
templo construido en el año 1450 por el rey Enrique IV de
Castilla, una ermita que años después pasó a manos de los
frailes Jerónimos del Parral que construyeron una granja y una
posada.
Felipe V, primer rey Borbón de la corona española, quedó
encantado con el lugar, comprándolo e iniciando en 1721 las obras
del palacio. Más tarde, tras la abdicación del rey, se reservó
para su disfrute y el de la reina el Real Sitio y el Palacio.
Con la llegada al trono de Carlos III continuaron las obras
iniciadas años atrás, comprando además los montes aledaños,
que pertenecían a la ciudad de Segovia, incorporándolos a la
corona a perpetuidad. Con el paso del tiempo el palacio fue
cayendo en el olvido, una situación que tuvo su culminación con
el incendio que sufrió en 1918, experimentando desde entonces
diversas restauraciones que culminaron en el año 2000.
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A
destacar
El
templo
Tiene una gran importancia dentro del conjunto. Está situado en
el centro y rematado con unos bellos capiteles bulbosos que en su
momento supusieron una gran novedad en España.
La
fachada
Fue realizada en piedra rosácea de Sepúlveda por el italiano
Juvara, mezclando diversos estilos, aunque con una clara
influencia italiana. Toda la fachada está cubierta de balcones y
ventanas flanqueadas por columnas con capiteles corintios y unas
grandes pilastras que, arrancando del suelo, recorren las dos
plantas del edificio. La escultura decorativa que realizó el
escultor Baratta es de mármol de Carrara.
Los
tejados
Realizados en pizarra, todo el edificio está recorrido por una
balaustrada adornada con jarrones de mármol.
Los
jardines
Se plantearon para tener más importancia que el propio palacio.
La idea era vivir en el campo y construir "una casa pequeña
con un gran jardín". El rey Felipe V planteó su construcción
de acuerdo con los gustos franceses, lo que dio lugar a un jardín
con abundantes adornos en las fuentes y las esculturas.
Ocupan 146 hectáreas, de las que 67 son auténticos bosques. Los
planos fueron realizados por el ingeniero Merchán y los trabajos
de jardinería por Botelou y Carlier, quien diseñó en el terreno
ascendente situado frente al palacio un jardín dispuesto en tres
ejes paralelos yuxtapuestos: La Cascada nueva, la Carrera de
Caballos y la Ría.
Dentro del conjunto destacan las fuentes, los grupos escultóricos
y las estatuas realizadas por Thierry, Demandré, Pitué, Fermín
y Bousseau. Muy espectacular es el lago llamado el Mar, que recibe
su caudal de los montes cercanos y del que se nutren las fuentes.
Para completar el conjunto se trajeron numerosas especies de árboles
de diferentes lugares y países: cedros, tilos, arces, castaños
de indias y sequoias.
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