Los primeros
datos fiables que se poseen, referentes a la población de Cobos,
se han podido conseguir a través del Registro Parroquial. El
libro más antiguo data de 1576, que coincide con la fecha
en la que los de Cobos dejan de ser parroquianos de la Abadía de Párraces.
Ver abadía.
La primera boda
data del 11 de febrero de 1576, como contrayentes: Juan
Hernández Marugán y Águeda Mateos, los dos vecinos de Cobos.
El libro de
defunciones se inicia en 1607. La primera partida de defunción
es del 22 de agosto de ese mismo año y se refiere a una mujer, Catalina
Martín, viuda, para más datos. Al parecer, la difunta en cuestión
era una mujer rica, pues hizo testamento según era costumbre en
el pueblo, aunque no debía de estar implantada esta costumbre en
los otros de la zona, ya que, en una posterior defunción de
una mujer llamada María Martín acaecida en 1631, se dice que se niega a testar, ya
que el hacerlo era "una muy perversa costumbre, que se esta
introduciendo es este lugar".
Son curiosas las
indicaciones aportadas sobre los que no tienen obligación de testar: los
pobres -por no tener nada que legar- ni los que repentinamente
fallecen. En los testamentos cobran suma importancia las misas
que sus familiares deben celebrar la salvación de su alma, e
incluso llegan a dejar indicación del pueblo
donde deben oficiarse.
Un dato importante,
pero por desgracia infrecuentemente recogido en el libro de
defunciones, es la indicación de la causa de la muerte;
cuando aparece es para justificar algunos de los sacramentos
no recibidos.
El libro de
los nacimientos comienza en 1611. El primer bautizo registrado tuvo lugar
el 17 de abril de ese mismo año, correspondiendo la partida del bautismo
a la niña
Ana Prieto, hija de Pedro y Catalina
Gómez, ambos vecinos de Cobos. Fue padrino del
bautizo D. Domingo Prieto, sacerdote y vecino del lugar, amén de
sobrino de Bartolomé
Prieto, merced a cuya ayuda llegó a
ser capellán.
En
el Archivo General de Palacio de Madrid, que está junto a la
catedral de la Almudena, Mª Teresa LLorente ha encontrado la
siguiente información sobre Cobos de Segovia:
En 1625 Cobos tenía 214 vecinos más 50 viudas, total 264, contando
los tres clérigos.De 7 años para arriba hay 751 personas, de 7
años hacia abajo, contando los nacidos hasta el 31 de diciembre de
1624, hay 255 personas. Contando a todos estos hay 1006
habitantes, más otros 21 que están sirviendo fuera, luego están
empadronados 1027. (No se cuentan los que de un año a esta parte
han venido a Cobos a trabajar o servir a un amo, no se les cuenta
por no saber sus nombres)
Un
anónimo monje
jerónimo anónimo nos narra, en 1646, unas cuantas historias de Párraces y
sus pueblos. Al referirse a la población que tenían
éstos, nos
dice: Aldeavieja tenia 400 vecinos;
Cobos, 250 vecinos; Bercial, 100; Muñopedro, 50; Marugán,
150; Etreros, 80; Sangarcía, 40; Bernuy, 39 y Chavente,
20. Si multiplicamos el número de
vecinos por una media de 5 -el valor medio de componentes que
venía a tener una familia-, nos da que Cobos en este año
tendría aproximadamente unos 1.250 habitantes. En este mismo año nacieron 35 niños,
siendo septiembre, con siete, el mes de mayor número de nacimientos.
La natalidad, tomando
los datos registrados entre 1615 y 1654, sigue una evolución
decreciente: de los 45 nacimientos registrados en el primer año,
se pasa a 56 en
1618, hasta llegar a 23 en el último año indicado.
Las defunciones
fueron 35 en 1626, de ellas 18 correspondieron a niños. La
peste fue el motivo de mortalidad más común en estos años. Se da
mucha importancia al hecho de poder ser enterrado en Cobos, ya que
por estas mismas fechas,
los demás pueblos de la Abadía tenían que enterrar a sus
familiares en Párraces. El permiso que obtuvo Cobos para enterrar
a sus muertos sirvió para que las familias pudieran reclamar ese
mismo derecho para sus seres queridos, cualquiera que fuese el
pueblo de procedencia.
Entre 1615 y 1695
se aprecia un número de defunciones muy dispar, siendo el más
bajo de 10, en 1618, y el más alto de 58, en 1631, estando la media
alrededor de la veintena. En 1631, la causa de las muertes
resulta,
en su mayoría, la peste; "el garrotillo" fue la
causa en 10 casos.
A
principios del Siglo XVII era normal realizar representaciones
teatrales y folklóricas dentro de la Iglesia, existiendo a tal
efecto un entablado especial. En 1653
el Padre Vicario de la Abadía de Párraces, teniendo en cuenta la
decencia del lugar y los inconvenientes que llevaban tales
representaciones, mandó su paternidad sacar fuera de la Iglesias
el citado entablado y ordenó que no realizarán "la
danza de los judíos" en la Iglesia y, a ser posible, tampoco
en el pueblo.
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Retablo
de la
"Virgen del Carmen". A los lados "La Milagrosa", donación de Moisés Gacimartín
y "San Roque".
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Artesonado
restaurado y tribuna de la Iglesia.
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Lienzo de San Pedro
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